¿Puede una casa construida en un solar de 32 m2 permitirse el lujo de
tener un jardín? Si estuviésemos en Europa la respuesta sería un no rotundo,
pero tratándose de Japón, no es raro ver cómo algunos ciudadanos prefieren
dedicar más espacio a la vegetación que a las zonas habitables. El
arquitecto Ryue Nishizawa, trabajó en solitario en éste proyecto
sin contar con su alter ego en SANAA, quizás en busca de su propia forma
de expresión. Para ello se enfrentó al debate de la vivienda mínima, que tanto
se ha desarrollado en Japón por arquitectos como Waro Kishi o Kota
Mizuishi.
El concepto de este House and Garden supone huir de los espacios
tradicionales, buscando una forma distinta de habitar, donde la comodidad queda
supeditada a la originalidad, y donde se refleja el carácter creativo de los
dueños: una pareja de editores dispuestos a que el lugar en el que viven diga
de ellos mismos tanto como su propio trabajo. La estructura es sencilla:
planchas de hormigón forman las diferentes plantas del domicilio entre las que
se desarrolla la vida de sus habitantes, teniendo como límite con el exterior
las terrazas colonizadas por macetas, vidrio y cortinas. Y todo ello unido por
una liviana escalera.
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